Hay quien lo relaciona con el aumento de estatura humana a lo largo del siglo XX, además del aumento de peso.
Desde mi punto de vista, está relacionado más con como usamos el cuerpo que con como nuestro cuerpo está hecho: tener un cuerpo delgado y no demasiado alto no libra del poder experimentar dolor lumbar.
Un movimiento especialmente crítico es el de levantarse (con o sin un peso entre las manos) desde una posición de flexión de columna hacia adelante combinada con una torsión: el dolor agudo y la sensación de bloqueo físico que genera le han merecido en mi idioma el nombre de "il colpo della strega" (el golpe de la bruja).
Hasta en el caso de un dolor agudo tras un movimiento brusco, la causa no es única: la prisa, el cansancio, la ira pueden ser "ingredientes "de igual peso.
Tengo el vivo recuerdo de cuando, siendo yo niña, vi a mi padre quedarse inmóvil a medio camino del enderezarse tras bajar la persiana del garage: era un viernes por la noche y llegaba tarde y malhumorado del trabajo, tras una semana especialmente intensa.
Revisar y reconocer los posibles factores desencadenantes podrá ayudarnos a entender mejor que nos está pasando, y a evitar reproducir en el futuro las mismas circunstancias, pero si tienes dolor agudo es probable que necesites algo más del análisis de su origen.
Hay algunas cosas sencillas que puedes hacer para ayudarte:
Descansa: permítete hacer lo que el cuerpo te está pidiendo; lo mejor es tumbarse en una superficie firme. Es más beneficioso un futón o hasta un saco de dormir en el suelo, que un sofá o un colchón blando. Dormir, aunque sea solo una siesta, ayuda a "descomprimir", tanto física- como mentalmente.
Camina: si el cuerpo te deja, un paseo largo sobre una superficie irregular (un sendero en el bosque o la playa) puede ser extremadamente beneficioso.
Lo que más hay que evitar, o minimizar todo lo posible, es estar sentado.
Hidrátate: beber mucha agua es (casi) siempre saludable, y más en caso de dolor agudo lumbar. Evita la cafeína, exceso de lácteos y azúcares simples. Come ligero pero bien, incluyendo proteínas animales, si tus preferencias dietéticas las aceptan.
Date tiempo: quizás sea lo más difícil, aunque probablemente sea lo más necesario. Intenta mediar entre tu voluntad, tu agenda y tus compromisos, y la necesidad de tu sistema de un tiempo para recuperarse. Es difícil que añadir, a la presión existente, la presión de quererte recuperar "ya" sea de algún beneficio.